Tal vez el destino, tal vez descuido o tal vez elección, la verdad es que por alguna razón se convirtió en una luchadora de por vida.
Un enemigo invisible la atacó, sin aviso, sin darle la oportunidad de preparase para una batalla justa.
Golpeada por la espalda y ya en el suelo, no aceptó la derrota y ante la sorpresa de todos a su alrededor, se incorporó para seguir luchando.
No llevaba armadura, no montaba un brioso corcel, sin embargo en su alma albergaba una fuerza que la convertía en una luchadora infatigable.
Un ejemplo a seguir. No se cuantas veces ha caído, solo se que son muchas más las que se ha levantado.
ホセ
Identificada con cada letra… La más poderosa arma, es aquella que habita en nosotros…
ResponderEliminarUn placer, José…
Mil Bsoss!!
Esa fuerza interna que sale cuando la necesitamos...
EliminarGracias por tu visita Ginebra
Qué buen escrito, amigo! Un abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Carol, un placer verte por esto lados. Se echan de menos tus letras.
EliminarUn abrazo!
Larga vida a tu guerrera. ;)
ResponderEliminarUn abrazo. =)
Esta guerrera ya tiene vida eterna Soledad, nunca será olvidada :)
EliminarUn abrazo
Bendita toda mujer "Guerrera" y luchadora.
ResponderEliminarPrecioso José, contado desde el corazón.
Besos!
Yayone...
Totalmente del corazón Yayone.
EliminarBesos.
Cuantas mas caídas más poderosa
ResponderEliminarsin coraza ni espada
el corazón es única arma
a pecho abierto y latiendo
un placer tus letras Jose
un beso
Siempre es un placer ver tu huella en este rincón María.
EliminarUn gran abrazo!
Y eso es lo importante... No las veces que caemos sino las veces que nos levantamos.
ResponderEliminarMil besitos.
Exacto Auroratris, no son las caídas las que cuentan sino las veces que volvemos a intentarlo.
EliminarUn placer leerte.