EL TIEMPO VUELA
Esa mañana amanecí con más ánimo que de costumbre. Parecía que mis años me daban una tregua y me permitían disfrutar un día fuera de la cama, aún cuando el invierno se aproximaba y los días se hacían más oscuros.
Desayuné en la mesita arrimada a la muralla y desempolvé mi prensa francesa para preparar un café a mi gusto y no tener que beber ese brebaje en vaso plástico que me traía Blanca cada mañana.
Como me había levantado más temprano, tuve tiempo de disfrutar mi café mirando a través de la ventana. Añoraba la vista de la bahía y los barcos moviéndose lentamente en sus maniobras de atraque mientras entraban y salían del puerto.
Al mirar por la ventana solo pude ver una franja azul entre los edificios que se erguían frente a mi. En ese momento me di cuenta como había pasado el tiempo sin que yo me diera cuenta…
ホセ
Relato presentado para #ancla2
Julio 10, 2015
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