Almas desconocidas
al calor del ambiente,
entregando la piel entre
humo, música y alcohol.
Viviendo de la noche
amantes fugaces,
llegando desde el mar
en busca de un amor.
Un amor que no llega
solo chispa de pasión,
nada más que el reflejo
de los siete espejos.
ホセ
Y prende la mecha de la pasión, vestida en deseo que fluye…y el amor…el amor queda lejos de ese fuego…
ResponderEliminarBellos versos, José… Un placer
Bsoss!
Pareciera ser que una vez que la mecha de la pasión se enciende, el amor queda en las sombras...
EliminarGracias por tu punto de vista Ginebra!
hay instantes que son placebos para la ausencia de un amor
ResponderEliminarpero ... nos valen de alivio , no?
entonces disfrutarlos aunque sea ese instante
Me encantó la escena y tu poema
Es como tomar una aspirina para la gripe, no te cura, pero te alivia. Entonces... porque no tomarla?
EliminarGracias por tu huella María.
Amores de barra, salpicados de alcohol. A veces sirven de aspirina, como bien dices.
ResponderEliminarMe ha gustado. ;)
Un besote. =)
Amores de barra, efímeros, pero al fin y al cabo te dan alivio pasajero.
EliminarUn placer verte Soledad!