Ahí estaba ella, suspendida de un hilo invisible en un delicado equilibrio, entre los dos elementos que mas amaba, agua y aire.
El agua le relajaba, le permitia flotar, entregarse en sus brazos invisible y dejarse llevar por la corriente.
El aire la refrescaba, le daba vida, hacia vibrar su piel con la brisa fresca del otoño.
Allí estaba ella, flotando en el aire y reflejándose en el agua.
ホセ
Fotografía crédito de mi amigo Jorge Mariscal.
www.facebook.com/mariscaldefotos
agua y aire ... elementos donde el alma vuela, el alma fluye
ResponderEliminarHermoso texto
Un saludo muy afectuoso
buen inicio de semana
María