Aquí estoy nuevamente, con la pluma en la mano y la inspiración bajo tierra.
Sentado bajo una sombrilla a las nueve de la noche mirando el reflejo de las luces y los arboles sobre la superficie ondulada de la piscina del hotel.
La busco entre los arboles y no está, miro al cielo entre las estrellas y la luna, pero tampoco aparece. Me mezclo entre la gente con la esperanza de que en algún momento aparecerá su sonrisa, pero todo intento es en vano, no la encuentro.
Escucho el cantar de los grillos con la esperanza de descubrir su voz entre ese concierto melodioso que me transporta a otro mundo, pero no importa a que mundo viaje, sigo sin encontrarla.
Releo líneas antiguas pensando en descubrir una pista que me guié hacia su escondite, sin embargo solo queda su esencia en las letras, no hay indicio de su destino.
Mientras tanto ella me observa desde la oscuridad, desde el silencio. Ve mi desesperación y sin embargo me deja deambular entre temores e infiernos, pues ella sabe que no importa cuanto me demore, siempre la encontraré.
ホセ